lunes, 8 de febrero de 2010

La incorporación de los jóvenes a la vida social es prácticamente automática y la transición entre la infancia y el mundo adulto, por lo general, está delimitada con un ritual en el que participa toda la comunidad, a través del cual ésta prepara y celebra al nuevo integrante activo de la comunidad. El estudio sistemático de estas prácticas ha permitido establecer que la transición entre una etapa y otra habitualmente se realiza con una extensa ceremonia, donde el o la persona experimenta una serie de simbolismos que rompen con su antigua vida para luego hacer el debut en sociedad.
La menarquia (1era menstruación) de una niña mapuche en un ritual que alaba incluso la fertilidad de la tierra

La circuncisión es ``un rite de passage'', que simboliza tanto el nacimiento como la muerte. La práctica de cortar circularmente el prepucio del pene en Israel y en otros pueblos africanos, malayo-polinesios y semíticos-hamíticos es una práctica que, como en el caso del tatuaje, la limadura de los dientes o la perforación del himen de las doncellas, la practican los hombres a los efectos de dar poder o de renovarlo. Más específicamente, el rito de la circuncisión está asociado con la maduración sexual y social del joven al entrar en la puberta
El Bar Mitzvah es el rito que celebra un adolescente (varón y mujer) judío, de acuerdo a la halajá, cuando alcanza la mayoría de edad (12 años para las niñas, 13 años para los varones) y se vuelve responsable de sus actos. En hebreo, las palabras "ben" o "bat" significan, además de "niño" o "niña" respectivamente, "sujeto a" o "sometido a" (una ley, un castigo o unas obligaciones); por lo que la expresión se refiere a que el mozo o moza se somete en lo sucesivo al mandamiento de la halaj judía.

El rito del 15 añero: El paso de un individuo del status social de niños al de adulto no coincide con la madurez física. En la mayoría de las culturas se pasa directamente de niño a adulto por medio de un rito de pasaje que en algunos casos suele constar de la muerte ritual y el renacimiento como hombre/mujer. La fiesta de quince y la fiesta de dieciocho, si bien esta última no es tan celebrada, puede ser considerada como un rito de pasaje desde "niña/o a joven". Los vestidos reminiscencias de antiguos atuendo, el vals, el brindis, son pautas estereotipadas y que no faltan en casi ninguna ceremonia de quince. Últimamente se ha incorporado la "ceremonia de las velas", que consiste en que la quinceañera prenda 15 velitas que luego regalará a amigos y parientes en la misma fiesta ante todos los presentes. En esta ceremonia encontramos mensajes claros sobre la predominancia de los símbolos del adulto (papá y padrino) sobre los adolescentes. En este caso, el 15añero es culturalmente un rito de pasaje.
"Hayann" rito de pasaje del pueblo selknam en la Patagonia


• Un rito de paso o de iniciación es uno de los acontecimientos culturales más fundamentales y arcaicos. Tradicionalmente la iniciación consiste en una ceremonia durante la que una o varias personas mueren al pasado, a lo viejo, a la infancia, a la juventud, a la vida de soltero, a la vida secular... para adentrarse a una renovada existencia y participación en el mundo. Podemos decir que el rito de paso es 'morir y renacer' al mismo instante, trascendiendo el tiempo y espacio.
• En las culturas originarias, estas iniciaciones solían llevarse a cabo en el momento de la transición de la infancia a la vida adulta, o también en el momento del matrimonio, o durante la entrada en la vida religiosa, mìstica u ocultista. Guiados por una figura de autoridad (el chamán, los mayores de la tribu, la sacerdotisa, el hierofante) quien experimenta este ritual, vivencia la muerte del ego y el retorno al caos, como el desafío de crear el nuevo destino, con el acceso a las fuentes de significado y símbolos culturales, que lo harán emerger renovado como persona y conocedor de una nueva mitología, y de los contenidos auténticos de la cultura de origen
El Rito de pubertad para los Tupì-Guaranì

• Con doce años los varones, y las jovencitas después de la primera menstruación, se integraban a la comunidad. Ellos debían pasar por ritos de iniciación de la infancia a la adolescencia: grupal en el caso de los muchachos, e individual para las jòvenes. Con pequeñas diferencias entre las tribus, la iniciación para los varones consistía en la perforación del labio inferior con un punzón de madera o asta de venado, para colocar el tembetá, trocito de piedra, madera, metal o hueso que demostraba su entrada en la adolescencia y su pertenencia a la tribu, siendo el distintivo de su identidad . Para que no sintiera dolor se los embriagaba antes con ka`u`y. ( o chicha, bebida fermentada hecha con trozos masticados de maíz y mandioca, fabricada por los jóvenes para beber en las celebraciones). Al cicatrizar la herida eran llevados al patio grande donde se celebraba la ceremonia final con cantos, danzas y rezos.

• El rito de las niñas era individual y se celebraba al momento de la primera menstruación. La niña por unos días era recluida con el propòsito de apartarla de los peligros que la acechaban en ese difìcil momento de su vida. En algunas tribus no se la dejaba tocar el suelo mientras durara el período y debía permanecer en una hamaca.
• Estos días de reclusión servían a la jovencita para ser instruìda sobre las fórmulas rituales y oraciones que requerían cada tarea, que empezarìa a compartir con las otras mujeres jóvenes de la tribu, las obligaciones y compromisos con su comunidad. Al terminar el período de encierro la lavaban con una cocción de cedro y la engalanaban ciñéndole los brazos y la cintura con hilos de algodón que llevaría hasta el casamiento. La ceremonia final era pública en comunidad, ya que el rol de “procreadora” interesaba a toda la tribu. El rito terminaba en fiestas comunitarias con bebidas, música y danzas.
EN AGUASALIENTES, MEXICO Y AMERICA CENTRAL
La fiesta de quince años es un ritual que celebran las muchachas latinas para despedir a la niñez y darle la bienvenida a la juventud, un rito de transición, tradición muy arraigada de la familia latina. Se puede comparar a un bat mitzvah para los judíos o a una fiesta de “Dulces Dieciséis” años para los anglosajones.
Existe la posibilidad de que la ceremonia haya tenido sus comienzos en parte a los ritos de pubertad que se celebraban entre los indios americanos, hace más de 500 años, para indicar la entrada a la vida adulta y la aceptación de responsabilidades. Los jóvenes mayas y aztecas celebraban una ceremonia religiosa para dar gracias a sus dioses. Esto era un rito a la vida adulta. Era de esperar que la muchacha contribuyera a la comunidad que la había visto crecer y la había cuidado. Era así como entraba a su transición de niña a mujer.
Hoy en día, algunas muchachas hacen lo imposible por lucir el vestido más lindo y tener la fiesta más bella, sin embargo, es de gran importancia hacer hincapié en los principios morales de la muchacha.
En México y América Central, las fiestas de quince años son en parte religiosas y en parte eventos sociales. La fiesta consta primero de una misa especial para la celebrante, durante la cual renueva su compromiso con los valores cristianos. La quinceañera llega a la iglesia luciendo un traje largo, generalmente blanco o en tonos pastel, a veces con encajes. Sus padres y padrinos son situados a ambos lados y ella toma un asiento especial al pie del altar durante toda la misa.
La acompañan 14 damitas de honor con sus respectivos chambelanes, todos ellos seleccionados del grupo de familiares y amigos más allegados. Al final de la misa, las hermanas menores, primas y amigas reparten recuerditos a los asistentes, mientras la quinceañera deposita un ramillete de flores en el altar de la Virgen María. Acto seguido, se celebra una fiesta en honor a la quinceañera.
En los últimos años, la iglesia católica ha instado a las familias a poner énfasis en la parte espiritual del evento y desanimar festividades sociales extremadamente caras que no están al alcance de todas las familias.
En el resto de los países latinoamericanos esta ocasión se celebra de la misma forma, pero sin la misa y la fiesta pasa a ser el evento principal de esta celebración.
En el caso de la comunidad cubana en los Estados Unidos, la fiesta es una gran producción. La quinceañera hace su entrada y se sienta algunas veces en una carroza imitando a La Cenicienta, otras se llena el piso del escenario de humo, mientras luces proyectadas desde el techo iluminan su figura y acto seguido, empieza la coreografía.

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